Precisar la fecha de nacimiento del vino es casi imposible. Se dice jocosamente que cuando el hombre apareció en la tierra el vino lo estaba esperando.
Y aunque no nos imaginamos a los primates Homo brindando con la copa en alto, sí está perfectamente documentado arqueológicamente que hace 8.000 años existía la vid. Así lo indican tablillas y papiros en donde aparecen alusiones a vasijas con el fondo en color rojo y también, diversas representaciones de uvas. Es así, como desde Mesopotamia, entre los ríos Éufrates y Tigris, se extendió el gusto por el vino hacia Damasco y Egipto, en donde era prioritario en ritos funerarios.
Más tarde, griegos y romanos adoptaron la costumbre de acompañar con vino las comidas, las disertaciones filosóficas y, en especial, los momentos alegres. Bienvenidos Dionisos en la cultura griega, y Baco en la romana. Dioses representativos de las fiestas, el exceso, las emociones, el desorden, pero también de la vegetación y de la agricultura. Y, fundamentalmente, de nuestro querido vino.

Así fue como Occidente emergió acompañado del buen vino. Bebida que se convirtió en la sangre de Cristo con la llegada del cristianismo. Imagínense ¿Quién se puede resistir a sus bondades? Desde entonces, desde siempre, el vino acompaña una buena reunión, una exquisita comida y es sinónimo de refinamiento y cultura.
Hasta el Lejano Oriente ha sucumbido a sus encantos. Desde el siglo XX, países como Japón y China tan cuidadosos de sus tradiciones han incorporado, poco a poco, el vino en su cotidianidad.
Se preguntarán a qué viene este pasaje rápido por la historia del vino. A que una bebida tan arraigada en nuestra cultura no puede ser vencida por el nuevo coronavirus. Y, ¡Oh sorpresa! su consumo ha aumentado en muchos hogares del mundo, si bien las ventas globales han bajado por razón de la cuarentena globalizada.
Si antes era un símbolo de contacto social, que lo sigue siendo, el consumo de vino se ha ido incorporado a la vida cotidiana, a la intimidad de la familia en estos últimos meses. Ha aumentado la venta online de botellas de vino en todo el mundo. Y, es un producto de alta demanda en supermercados, bodegas y vinacotecas para las clases medias y altas. Además, siempre se dijo que su consumo moderado tiene un efecto positivo para el organismo por su contenido de flavonoides cuyas propiedades antioxidantes mejoran el estado físico de sus consumidores moderados. Definitivamente, el vino llegó para quedarse, un rey entre bebidas. El Corona-Vino. Salud.